Como llegué y lo que nunca se rompe
Hace un par de días me desperté con el sonido de una notificación en mi móvil procedente de las redes sociales. Alguien había comentado una foto: un retrato de una persona que ya no está entre nosotros, físicamente al menos.
He pensado que es posible que, aunque muchos de vosotros sí lo sepáis, otros quizá seáis recién llegados y no conozcáis cómo acabé siendo directora cultural del BDSM Film Festival de Barcelona.
Mi inclusión en el BDSM ocurrió hace ya tiempo; dentro de no mucho habrán pasado 20 años. Vivía entonces en Madrid y, en algún momento de aquella vida universitaria, se cruzó en mi camino José María Ponce. Tras un tiempo de conocernos, pasó a ser mi esclavo y tuvimos una intensa e inolvidable relación 24/7.
Llegó un momento en que nuestra relación BDSM dejó de tener sentido, pero sí continuó la relación sentimental. Hicimos muchas cosas juntos; prácticamente todo lo que se nos pasaba por la cabeza lo veíamos como una idea viable. Fueron 5 años de mucha intensidad. Más tarde nos separamos, luego volvimos a vivir juntos y, de nuevo, volvimos a separarnos.
Pero nunca nos separamos del todo. Seguimos dedicando nuestras vacaciones a visitarnos, continuamos en contacto diario, nos hacíamos videollamadas todas las semanas… Nos emocionábamos juntos.
Ponce es una gran figura en el BDSM desde que, en los 80, inició una trayectoria que le llevó a ocupar esa posición: creando publicaciones, piezas videográficas y dando la cara públicamente en defensa de las sexualidades alternativas. Se alegraba mucho cada vez que tenía una idea para desarrollar y, realmente, era raro que le faltara alguna. El último proyecto que le ilusionaba era formar parte del BDSM Film Festival de Barcelona. Él me propuso como tercer miembro del jurado de lo que fue la primera edición.
En esa edición conocí al gran equipo que sostiene el festival: directores, colaboradores, patrocinadores, asistentes y el maravilloso voluntariado. Tuvimos una buena conexión y vimos cómo podíamos, entre todos, hacer un festival mejor para vosotros. Así fue como se creó mi figura como directora cultural del festival. Espero que mi experiencia, tanto en el mundo BDSM como en el del arte en general, sea una pieza más del puzle para mejorar vuestra experiencia y hacer de este un evento aún más interesante.
Por Cecilia

